Romance eterno
Por Giuliana Panetta (@unicornia._)
Desde que tengo memoria sé que soy hincha de boca. Mi abuelo en el patio de su casa con la parrilla de boca, valga la redundancia ,haciendo asados , esperando cada partido como si fuera una fiesta, y en todo ese escenario estaba “la masca”. Una camioneta que tenía él que la había reformado con los colores azul y oro
Mi papá, en cada partido me sentaba a su lado, me explicaba cada jugada, hablaba de boca y su mística.
Boca es pueblo, Boca es pasión. Hasta el día de hoy lo repite y repetimos juntos. ¿Cómo podría ser yo de otro club? No es solo un club de fútbol, del cual soy hincha y sigo los resultados. Boca es identidad, familia, amor, ilusión, alegría, lealtad
“Olé, olé, olé, olé, olé, olé, olá, cada día te quiero más, yo soy bostero, es un sentimiento no puedo parar”
No voy a negar que también me hace enojar mucho y putear frente al televisor, pero si algo estoy segura que esto se divide así: sos de boca o sos antiboca.
Ahí cuando me enfrento a todo el aparato anti, salgo a defender a este club a como si fuera solamente mío, una parte intocable de mí.
Por eso hoy vengo a hablar de Juan Román Riquelme.
Nació el 24 de junio de 1978 en un hospital de San Fernando, provincia de Buenos Aires. Su nacimiento ocurrió un día antes de que la selección argentina obtuviera la Copa del Mundo, primera conquista argentina y en condición de anfitrión del torneo.
Hijo de Ernesto ‘’Cacho’’ y María Ana, es el mayor de once hermanos, de los cuales él y su hermano Cristian dedicaron su vida al fútbol. Se crió en el seno de una familia humilde y trabajadora, que vivía en la villa San Jorge de la localidad de Don Torcuato. Realizó sus estudios hasta séptimo grado para -desde entonces- dedicarse de lleno al fútbol.
Se formó en las divisiones juveniles de Argentinos Juniors, para más tarde debutar en Boca Juniors en 1996.
Un emblema del «número 10 clásico», se destacó como uno de los mejores jugadores argentinos de todos los tiempos y más aclamados mediocampistas de su generación, y uno de los últimos referentes de su posición. Además, es ampliamente considerado como el mejor jugador de la historia de Boca Juniors y una de sus más importantes figuras, debido a su desempeño por 13 temporadas en el club (1996-2014), en las que consiguió ganar tres Copas Libertadores de América y una Copa Intercontinental, entre otros títulos.
El 8 de abril de 2001, en un partido contra River por el Torneo Clausura, Boca iba ganando 1-0 con un gol de Hugo Ibarra. Luego, Riquelme pone el 2 a 0 de penal, y se va festejando hasta quedar enfrentado con el palco del presidente de Boca en ese momento, Mauricio Macri, e hizo un gesto “indirectamente” hacía él, poniéndose las manos a los oídos, en señal de protesta hacía las quejas que tenía Riquelme sobre su contrato. Este festejo luego sería inmortalizado como el “Topo Gigio”, en alusión a la declaración de Riquelme después del festejo donde contó que solo imitó al protagonista de un espectáculo infantil de marionetas que le gustaba a su hija. Desde entonces, este festejo fue imitado por jugadores y atletas de todo el mundo. 22 años después, Juan Román iba a enfrentarse a una campaña sucia y antidemocrática.
Poco tiempo después de la derrota en la final de la Libertadores, Mauricio Macri se anuncia como candidato a vicepresidente en la fórmula de la oposición compuesta por Andrés Ibarra, reanudando su longevo enfrentamiento con Riquelme, de cara a las elecciones presidenciales del club en diciembre de 2023. En el día del cierre de las listas, Riquelme se anunció como presidente, acompañado por Jorge Ameal como vice. Así, Riquelme se confrontó en un duelo dialéctico con Macri en la lucha por las elecciones presidenciales, primero con la denuncia de Macri por un fallo en el padrón del traspaso de socios adherentes a activos, que provocó que la jueza Alejandra Abrevaya suspendiera las elecciones, que se debían llevar a cabo originalmente el sábado 3 de diciembre, al día siguiente, y por último suspendiéndolas hasta que se resuelva el caso judicial.
El 4 de abril, Abrevaya aceptó la recusación del club sobre su vinculación al macrismo, resultando en su reemplazo por la jueza Analía Romero. Romero acabó dejando el caso, retornando a Abrevaya que dio lugar a que las elecciones sean efectuadas. Finalmente, el 17 de diciembre de 2023, Riquelme fue electo presidente del club, convirtiéndose en el presidente más votado en la historia del fútbol argentino, con 30 mil votos a favor. Su victoria significó un hecho sin precedentes en la historia de las elecciones presidenciales de clubes al enfrentarse al ex presidente de la nación y ex presidente del club Mauricio Macri, quien contaba con el apoyo público y la postura a favor del actual presidente de la Argentina, Javier Milei, y también por su posición en contra de la privatización de los clubes de fútbol de la que tanto Milei como Macri se han mostrado públicamente a favor.
Los hinchas, socios, fanáticos de otros clubes, artistas, como el Indio Solari, frente a todo el panorama que se enfrentaba, dieron el apoyo incondicional y así se logró vencer al monstruo. “Poder es que la gente te quiera” dijo Román
Casi un año después de todo este suceso, los medios de comunicación, los antiboca y hasta “hinchas” del club, siguen haciendo campaña para desprestigiar su mandato.
Ayer en una entrevista, hizo varias declaraciones para destacar:
“agarramos un club abandonado, que cuando llovía se inundaba todo el predio, la oposición va a seguir molestando, pero ellos saben que a Boca no vuelven más, Casa Amarilla está totalmente abandonada, nos metieron en la cabeza que éramos un club con todo y mucho dinero, nos han metido un gran cuento”. Y agregó que “para ellos es normal que los empleados y los jugadores coman lo mismo, antes se traían la comida, ahora les pedimos que coman después del último chico de inferiores, es una obligación eso”.
También manifestó la importancia sobre las otras disciplinas que hay en el club, básquet, fútbol y vóley femenino.
Y dio su opinión sobre la situación del fútbol actual argentino, convencido de que necesitamos un VAR en la Copa Argentina, por el gran conflicto que se está sucediendo hoy con el arbitraje.
En una parte de la entrevista pone énfasis declarando que «este es mi lugar, yo sabía que algún día iba a volver, hoy estoy en casa, yo tengo que vivir para este club “
Después de contar mi historia personal sobre Boca y cómo llegó a mi vida, sé que seguramente hay muchísimas más en cada persona que lleva este escudo. Me da tanto orgullo, y por eso le doy un apoyo incondicional a un Presidente con esta calidad humana, que por sobre todo no olvida su historia, de dónde viene y a dónde quiere llegar con su gestión.
Gracias Román por cuidar el club, a los hinchas, socios, al pueblo xeneize y no dejar que Boca Juniors se transforme en una empresa.
Y gracias a mi viejo y a mí abuelo por hacerme hincha de los mejores colores que me representan.
Vamos a seguir este romance eterno.